El presidente Zapatero se va a Estados Unidos invitado por Obama y participara en el desayuno nacional de oración. Este Desayuno Nacional de Oración se celebra cada primer jueves de febrero desde los años 50, y a él acude puntualmente el Presidente de Estados Unidos, que suele invitar cada año a un mandatario extranjero. Se trata de un evento muy criticado por sectores laicos de Estados Unidos, al considerar que supone una violación del principio de separación iglesia-estado que supuestamente rige la política estadounidense, consiste en una ofrenda religiosa por parte de todos los practicantes de las distintas religiones en las que se pide a Dios, cada uno al suyo, no vayan a haber piques, por la salud de los ciudadanos y el futuro del país.
Lógicamente aquí están poniendo a parir a nuestro presidente y a mi entender con razón. Eso pasa cuando nos envolvemos en banderas que no nos transmiten nada, pero ofenden a mucha gente. Se puede ser laico sin ofender y sin molestar, se puede ser laico sin burlarte de los símbolos y creencias de nadie, con respeto. Se puede ser laico y asistir a actos religiosos sin ningún tipo de problema.
El problema viene cuando mostramos nuestra repulsa por unos actos y por la actitud de unos ciudadanos que denigramos y luego somos invitados a compartir con ellos esos actos, porque forman parte de sus tradiciones y de sus formas de vida.
Y podemos ser coherente y no ir. Declinar amablemente la invitación por los motivos de todos conocidos, la laicidad del estado, no confesionalidad etc. etc. etc. o; podemos tragarnos nuestro orgullo y acudir con el riesgo de quedar con el culo al aire en todos los foros.
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